Más de 100 universidades e instituciones educativas en Estados Unidos expresaron su rechazo a la intervención del expresidente Donald Trump en el sistema educativo, acusándolo de utilizar presiones políticas para condicionar el financiamiento y supervisión de centros como Harvard.
La declaración conjunta fue emitida un día después de que Harvard demandara a la administración Trump por amenazas de recorte presupuestal y control político. Las universidades afirmaron estar dispuestas a aceptar reformas razonables y supervisión legítima, pero rechazaron el uso político y coercitivo de los fondos públicos.
La Casa Blanca argumentó que Harvard podría perder financiamiento por no cumplir con la ley federal, y usó este caso como advertencia para otras instituciones. Trump también ha cuestionado a universidades por presuntamente permitir actos antisemitas, amenazando su estatus fiscal y la presencia de estudiantes extranjeros.
Algunas instituciones, como Columbia, han accedido a las exigencias del gobierno. Sin embargo, el caso de Harvard refleja una posible intervención sin precedentes del Ejecutivo en la autonomía universitaria.